jueves, 18 de diciembre de 2008

Silenciando Verbos

No sabés,
claro que no
, nunca supiste del amor,
ni de mi:

en obvia consecuencia tópica
y dérmica.

Bajo las uñas
llevo tu tierra,
acá no sirve más
llevatela,
te dejo
las pelusas de la cama,
en memorias del sofá.

Y te dolían mis cantares,
de hipócrita dejo de sal

sordeando en arrebatos:

me empezaste para dejar.

No sabés
, sos lo que me hace falta,
y no quiero volver a tener



mis días
mi mundo
mi luz
mi vuelta.


Te bebiste cada letra,
sedienta de perdón

estrujando los finales.

Cuerpeando extravagante,


agrietando esos porqués

aprendí,
indudablemente a revolver,
esparciendo vendavales:


(de soles isolados
de exabruptos exiliados
de adoquines adobados
de ados en ados)

a tirar,
esta botella al mar
,para que sepas,
por si venís a buscar:

tu tierrita
tus pelusas
tu olvidar,

que acá estoy;

cuando estés

cargame en un bolsillo
y llevame

hacé como si no estuviera


sin razón y sin quimeras,
voy a subsistirme
para ver amanecer

(aunque esto sea el después,
y el final nuestra sentencia previa).

El viaje,
regreso intransferible
, llueve en solfeos,
canta crucificado
y vive titubeos huraños


en las líneas
en las sendas
de mi cuerpo descubierto

para que volver no sea,
y mis verbos
resulten
sustantivamente
traicionados.


Safe Creative #0906114004326

1 comentario:

Joan Tristany dijo...

Que duro suena este poema Carlos Luís, pero como me ha gustasdo leerlo.
Es un gustazo pasar por tu blog.
Un abrazo amigo mío
Joan