viernes, 10 de abril de 2009

Yeame

Épicos y puntiagudos
se insertan en mi piel,
uno a uno,
los segundos del vacío.

Multiplicando la esencia
del intiempo
se me arrugan las manos,
se conjugan los inciensos

que dan por resultado
acordes vanos de piano
llevándose entre el ceño
la tristeza de mil años.

ahí me quedé

solo

como si no hubiese pasado
como si no te hubiese encontrado

desmenuzando pétalos de mar

y el dolor me gana

y a veces me deja,

pero permanece intacto el recuerdo
de los caminos errados,
de la luz de aquellos días
donde todo era blanco

y la risa del despertar era nuestro canto

y las noches, eran....n u e s t r a s....n o c h e s.

y se me clavan hondo,

me brota sin pausa este adormecido respiro,
desde el pecho hasta la boca,
en sensoriales latitudes
extremándome el quejido

¿adónde te quedaste?
¿por qué me dejaste dormido?

y la paz en mis ojos
se te pegó al ombligo

cuando la sembré esa tarde,

para que otro recoja el cultivo
y de tus arados mi ciencia,
y de tus alas mi camino.


Safe Creative #0906114004197

2 comentarios:

Luca Di Metrio dijo...

Brujo! tanto tiempo... lo lei unas cuantas veces, hay mucho que me gusta tanto que no te cito nada... llega che!

Un abrazo grande!

Bibiana Poveda dijo...

Geme, Yeame siempre me gustó, porque está el Brujo en su plenitud de pena. No hay un "experimento largo" (....) y está tu extravagancia de adjetivos y neologismos.
Abrazo, Carloluí!
Labibi, apra!