miércoles, 4 de febrero de 2009

Esclavos

Aunque los cuchillos que guardaste
despeguen del cajón
para clavarse en mi corazón viejo,
desvencijado,
que ya no está,
nunca mi pasión será tuya mi amor,
de nuevo.

Te percibo velada como el sol
antes de amanecer,
despertando donde el tiempo no existe

donde la tierra es el mineral,
y el cielo el prado,

donde solías abrazarme
cuando de noche
mi pecho era tu meridiano.

Quedaste
regalándole besos a los presos
y la memoria
encadenada
a tu cepillo y tu oscuridad,
no cesa en su penar,

no soy yo quien te añora.

Los vasos convictos
del sabor ausente de tus labios,
me reclaman el indulto
imperioso.

Libre,
tu espina me desangra,
aunque mi muerte sea sabida
y tu brisa el veneno
y el río guardado en este poema
tenga cárcel en tus oídos.

Y no es que te llore mi aliento,
es que ya no lo tengo,
se fue mi sonrisa
y se extinguió el flujo errático,
es que no siente mi amor,
quien no existe.


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3 comentarios:

Bibiana Poveda dijo...

Geme... ese cierre... uno deja de existir para "el otro", pero pero pero, me dice mi amiga Maruja Mexillón: "los gemes también existen"...
Siga exorcizando, hermanito. A mí me gusta y no me contradiga.
Saludos desde MaipúCity, yeah!

Gabriel Capó Vidal dijo...

Me ha gustado el poema

Destaco este párrafo

Quedaste
regalándole besos a los presos
y la memoria
encadenada
a tu cepillo y tu oscuridad

Un abrazo brujo

Gabriel.

http://volarydarse.blogspot.com/

Daly* (Tal vez un día confiese) dijo...

Como se existe despues del amor?
como se deja ir la misma memoria
si en ella quedas desde el dia en que comence a Amarte.

Aaaaahh usted con esa sensibilidad que a veces me parece que casi se rompe como si fuera un cristal y de ahi saliera cada verso.


Sus poemas siguen siendo algo bellisimo.

Un abrazo enorme.